La disciplina y el #Networking te garantizan que puedas conseguir tus objetivos y sueños

Todos de jóvenes hemos tenido sueños, algunos los mantenemos de adultos y la mayoría los aparca porque siente que son irrealizables o cosas de ilusos.

Todos nos hemos puesto objetivos en algún momento de nuestra vida, todos nos hemos fijado alguna meta, pero casi todos hemos fallado en lograrlas y acabado renunciando a volver a enfocarnos en algo concreto para una fecha determinada porque no queremos sufrir con la presión del transcurso del tiempo y queremos evitar la decepción y el sentimiento de fracaso de no conseguirlas.

Es normal, la mayoría de la población ha vivido estos momentos, ha estado en esos procesos y ha terminado por preferir “ir viviendo” con lo que vaya saliendo, es decir, sin metas, sin objetivos y con los sueños escondidos en el rincón oscuro de la mala memoria.

Pues ahora vengo yo a decir lo que ya has escuchado antes pero que conviene recordar, y es que todos ellos se pueden lograr pero no ocurrirá solo, es cuestión de método, y ese método requiere de varios componentes:

1.- El primero es fijar los objetivos o sueños con convencimiento, con deseo real de querer conseguirlos, ya que sin ello nada merece la pena ni mover un dedo. Y eso debe incluir el motivo o motivos que nos impulsan a enfocarnos en ese objetivo exacto y no en otro, ya que durante el camino puede que aparezcan momentos de debilidad y esos motivos claros y nítidos son los que nos ayudarán a reenfocar el camino y saber que merece la pena seguir adelante.

2.- El segundo es que deben tener una fecha de caducidad y estar definidos con el máximo de detalles, ya se trate de un objetivo convertido a meta como de un sueño, en ambos casos es requisito imprescindible.

3.- Lo tercero es lo que falla en la mayoría de las ocasiones: necesitamos tener un plan, y debe ser un plan de acción, con el proceso detallado de todas las actividades que requerirá realizar día por día hasta el momento de lograrlas, de tal manera que cada 24 horas sepamos si estamos avanzando o no, y si tenemos que reajustar dicho plan de acción para las siguientes semanas o meses.

Y aquí, por mi experiencia, el Plan de Networking es de los mas eficaces para conseguirlo en menos tiempo, de forma mas divertida y con más proyección para el futuro. Lo he demostrado no solo conmigo sino con muchos profesionales a los que he enseñado o mentorizado para ese proceso. Ya sé que esto no se enseña en las escuelas de negocios o las universidades, al menos no se hace todavía, pero es cuestión de tiempo y algún día se hará. Mi experiencia de 28 años con el Networking me ha demostrado que funciona, funciona de forma muy eficiente y para todo tipo de perfiles y de objetivos.

4.- Y lo cuarto es disciplina, mucha disciplina. Cada día no es igual que el anterior, cada día nuestro cuerpo se levanta diferente y no siempre estamos con el mismo estado de ánimo. Cada día nos ocurren cosas diferentes, y a eso hay que sumarle que a veces nos entra el cansancio porque que a pesar de llevar varias semanas trabajando de continuo, parece que no avanzamos y llega un momento en que empezamos a pensar si merece la pena tanto esfuerzo, empezamos a dudar de si seremos capaces, de si el método funciona, de…. Nos agarramos a mil excusas para poder justificar que tenemos que abandonar, que nosotros realmente no queremos hacerlo pero que es lo mas lógico. Y ahí es cuando por un lado tenemos que tirar de lo que decíamos en el punto 1, volver a recordarnos qué buscamos conseguir y los motivos por los que empezamos a hacerlo, y por otro es el momento de aplicar el compromiso de disciplina que hicimos al comenzar y no dejar que la mente nos lleve por el camino fácil, el de la huida, para que,  rebelándonos, digamos aquello de “no me da la gana, yo sigo hasta el final y esto lo consigo porque yo soy capaz y lo voy a demostrar”. Y punto.

Conclusión, el Networking aporta cosas de muchísimo valor para lograr tus objetivos o sueños. Por un lado el Plan de Networking te sitúa en unos escenarios muy diferentes a los habituales y a medida que lo aplicas vas descubriendo que las relaciones bien trabajadas y con una dirección te llevan a donde tu quieres. Por otro la disciplina aporta una seguridad interior que es imprescindible y que enriquece para la construcción interior de la persona.