Llevo 28 trabajando las relaciones personales y tratando con muchos tipos de perfiles que tienen enfoques muy variados de la vida y de los negocios. Mi experiencia me dice que todos tienen grandes talentos, muchas veces que ni ellos mismos saben que los tienen y a los que podrían sacar mucho más partido.
En esa variedad de perfiles he visto que hay cuatro grandes grupos, los que suman, los que restan, los que multiplican y los que dividen, pero hoy voy a obviar a los que restan, que aunque son numerosos no aportan precisamente sino que debilitan, y a los que dividen porque son capaces de desmontar grandes proyectos por el mero hecho de lograrlo, sin mas fin, pero no me interesan.
Sumar es bueno, pero ¿es suficiente?
Hoy quiero hablaros de los que suman y de los que multiplican. Hay una serie de personas que tienen una actitud interesante, de aportar valor, de ayudar, de llevar su granito de arena a la construcción de la montaña o de la playa. Esa actitud es buena comparando con los otros dos grupos que he excluido porque al fin y al cabo aportan algo a los demás, al equipo, pero en mi opinión no es suficiente ya que tienen mucho mas dentro, hacen esa labor pero de forma comedida, se guardan sus mejores esfuerzos sin gastar, sus mejores ideas no las llegan a aportar. Son los que se involucran pero no se comprometen, y sin compromiso no hay cosas grandes, ¿Cual es la diferencia? Pues la mejor explicación que he escuchado de la diferencia entre involucrarse y comprometerse es un plato de huevos con bacon. En ese plato la gallina se ha involucrado, ha aportado un par de huevos y se ha ido, pero el cerdo se ha comprometido y ha dado su vida por el plato.
Esos son los que hacen falta, personas comprometidas, que pongan lo mejor que tienen, salga bien o mal, pero que dan todo, con pasión, con energía positiva, con enfoque, con corazón. Personas que van a por todas, que luchan sin rendirse, que no cesarán en el empeño hasta conseguir sus sueños, sus metas y sus objetivos y las del equipo, que están dispuestas a hacer siempre una milla extra incluso cuando sus fuerzas estén agotadas. Esas son las que multiplican cuando se unen a lo que sea. No suman, no, esa actitud multiplica todo lo que haya, todo lo que aporten los demás, aunque el resto solo sume o sean neutros, ellos son capaces de hacer arder el mar, de contagiar su pasión, de conseguir que todos los demás entiendan que hay una dimensión mas que el simple dedicarse a sumar y cumplir,
¿Tu eres de los que suman o de los que multiplican?
En el networking necesitamos personas que multipliquen, que aporten valor pero con convencimiento, que lo hagan de forma indiscriminada, sin juzgar si tu serás de los que le devolverás lo que recibas, que lo realizan sin buscar el retorno inmediato, sino que se divierten sabiendo que ayudan, que generan sinergias, que contagian a otros de su visión y compromiso con los valores del networking. Necesitamos networkers que nos ayuden a contagiar nuestra pasión para infectar de este precioso virus que llevamos en la forma de ver las relaciones. Necesitamos multiplicadores.