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Sonreír como llave maestra en tus relaciones

La vida es un devenir de acciones y no todas son de puro placer. En muchas ocasiones los objetivos que esperamos lograr no se consiguen u ocurren cosas que nos impiden alcanzarlos. De pronto aparecen inconvenientes, situaciones imprevistas o sucesos que nos llevan a momentos que no deseamos. Y eso nos hace estar de mal humor, con gesto adusto y con un carácter menos afable de lo que los demás esperan de nosotros. Es el momento de sonreír y cambiarlo de golpe.

Cuando nos relacionamos con otras personas, ya sea en el ámbito personal o profesional, esperamos estar a gusto con ellas. A nadie nos apetece ver semblantes que transpiran mal humor, energías negativas o dureza de palabras. Y cuando digo a nadie es a nadie. Nos gusta estar con personas que piensan en positivo, que contagian energía y tienen actitud mental positiva, que hablan de proyectos y que sonríen. Poder sonreír sin motivo es un hábito que se desarrolla. Hay quien nace o crece rodeado de sonrisas y lo asume sin darse cuenta como rasgo de su personalidad. Pero los que no lo hemos tenido desde niños, puedo dar fe que es algo que se aprende y desarrolla desde el interior. Mas adelante te explico como.

 

sonrisa falsa

 

¿Sonrisas sinceras o falsas?

Pensar que el futuro es un espacio lleno de cosas buenas y que la vida es fantástica ayuda a que sonriamos a menudo. Nos hace sentir que somos felices y eso se traduce en que podamos sonreír a menudo sin darnos ni cuenta, sin esfuerzo. La sonrisa forzada es una deformación del rostro que todos perciben de inmediato, transmite falsedad. Me refiero a que puedes forzar el gesto, como si llevaras una careta puesta como decía un amigo mio, pero todos lo van a notar.

En los cursos de lenguaje no verbal precisamente es uno de los temas que se estudian con solo ver fotografías. Puedes hacerlo de ti mismo y comprobarás la diferencia. Hazte una foto forzando la sonrisa para la cámara y ahora busca fotos tuyas que te hayan hecho en las que te pillaran riéndote o simplemente sonriendo. Compáralas y te darás cuanta que no es lo mismo. No se contraen los mismos músculos del rostro, ni de la boca, ni de los ojos. Y eso lo percibe el cerebro de la persona que te mira.

 

sonreir

 

Sonreír te hace brillar y destacar

Sonreír como forma de vida es una aportación al mundo que no tiene precio. Es como estar abonando y regando las flores de un jardín de continuo. Todas lo agradecen y crecerán mejor y mas fuertes. A las relaciones les pasa lo mismo. Yo hace tiempo que de vez en cuando lanzo una frase en mis redes sociales: “Sembremos nuestro día de sonrisas como si nos sobraran”. ¿Has pensado lo  que esa frase lleva implícito? te está diciendo que pienses en las sonrisas como si fueran un bien escaso y tu tuvieras sobreabundancia como para repartir. Es un deporte fantástico que me encanta practicar.

Piensa por un momento en las personas de las que te rodeas. ¿las ves con una sonrisa o las ves serias? ¿Y que te transmiten? ¿te contagian energía? Ahora piensa en las personas que no sean de tu familia que mas te gusta tener cerca. Seguro que la mayoría son personas sonrientes, alegres, que tienen un brillo especial en los ojos. Si, cuando sonríes a menudo se te crea un brillo en las pupilas difícil de imitar, no es algo que puedas forzar sino que surge solo. Eso no se puede conseguir con la sonrisa falsa. Y se nota.

 

mono

 

Contagiemos de sonrisas

Cuando nos da por sonreír ocurre algo especial, es como el bostezo, es contagioso. Prueba a ir por la vida sonriendo a todo el mundo sin motivo y verás lo que pasa. Hazlo en las cosas cotidianas. Cuando vayas a comprar el pan, cuando pidas un café en el bar, cuando entres en la oficina y des los buenos días a tus compañeros. Te lo puedo adelantar desde ahora mismo. Algunos van a pensar que te has vuelto loco, que te ha pasado algo o que te ha ocurrido algo extraordinario. Pero la mayoría te van a responder como un espejo, te va a devolver la sonrisa casi sin darse cuenta. Es un acto reflejo, al principio sorprende pero en la mayoría de los casos nos sentimos obligados y en otros nos sentimos contagiados. No hablo de una carcajada, sino de una simple sonrisa.

Prueba a sonreír cuando converses con alguien. Mírale a los ojos emitiendo una sonrisa, simple, no exagerada, solo una sonrisa leve que se perciba pero que no chirríe. Lo que transmites a la otra persona es magia pura. Le estás diciendo que le prestas atención, que le escuchas y no tienes nada que ocultar y que te alegras de estar con él. Nada menos. Ese lenguaje no verbal es de un impacto tremendo. Si lo incorporas como parte de tu carácter y lo conviertes en un hábito, tus relaciones darán un cambio radical.

 

cadena

 

¿Que fue antes? ¿el huevo o la gallina?

Ademas ocurre algo que en la PNL, Programación Neurolinguística, se explica muy fácilmente y que se llaman anclajes. Cuando te sientes alegre y feliz, sonríes sin pensarlo. Lo que no nos han explicado es que el efecto es bidireccional. Cuando tu sonríes por decisión, tu cerebro se siente confundido. Interpreta que si lo haces debe ser porque estás alegre y hace lo necesario para que te sientas así, alegre. Genera sustancias llamadas endorfinas en tu organismo que generarán ese sentimiento de felicidad y alegría. Una cosa va encadenada a la otra. Estar alegre te hace sonreír, y sonreír te hace estar alegre. Prueba a estar deprimido o triste y trata de sonreír. ¿verdad que no puedes?

Me encantan las personas sonrientes

Para conseguir ese efecto de impacto en los otros hay que jugar con varios elementos. Lo de mirar a los ojos en vez de a la boca es algo que debemos practicar ya que estamos habituados a mirar a la boca para leer lo que nos dicen como forma de reforzar lo que escuchamos. Pero al mirar a los ojos decimos algo diferente. Se suele decir que los ojos son el espejo del alma. Al mirar a los ojos  transmitimos que nosotros tenemos esa ventana abierta para él, sin esconder nada. Otro de los elementos es como digo sonreír. Al hacerlo le transmitimos que nos encanta escucharle y compartir momentos con él. Que su compañía y lo que nos cuenta nos resultan agradables. Es fácil de conseguir pero para que se perciban sinceras deberemos empezar desde algo mas profundo.

Conseguir que las personas nos gusten es otro hábito que se puede desarrollar. Y lo digo por experiencia propia. A mi no me gustaba relacionarme con las personas. Al ser tímido e introvertido me daba pánico y me daba urticaria hacerlo. Pero hubo algo que me cambió la vida en ese sentido. Fue en el libro “Como ganar amigos e influir sobre las personas” de Dale Carnegie del que ya te he hablado en otras ocasiones. Si no lo has leído, te recomiendo que lo hagas de inmediato.

En ese libro aprendí que todas las personas que conozco son mejores que yo en algún sentido. Tienen talentos que yo no tengo. Disponen de conocimientos y experiencias que yo no tengo. Y en la medida que les pregunto y me cuentan, puedo aprender y desarrollarlas en mi interior. Practicarlo me hace ser mejor persona y aprender de lo que ellos tienen como fortalezas.

 

 

Tengo mucho que aprender de ti

Eso hizo que mi percepción cambiara y que empezara a gustarme estar con otras personas. No me refiero solo a nivel profesional sino también personal. He desarrollado el hábito a día de hoy me encanta preguntar a los demás por sus vivencias y escucharles con atención. Disfruto haciéndolo y eso se transmite en mi rostro. Me siento alegre y feliz haciendo relaciones y aprendiendo de los demás. No es una postura social, es un hábito que he interiorizado. Sigo siendo tímido e introvertido, pero ahora se me nota menos por este cambio. La timidez es una actitud interior que solo está en mi cerebro.

Sonreír como forma de vida es un valor que se une a tu marca personal y no pasa desapercibido. El subconsciente lo detecta de inmediato y lo agrega como algo positivo unido a lo que representas. Te ayudará a hacer mas relaciones de calidad. Los demás te van a sonreír de forma automática en muchas ocasiones, y no me niegues que no es mejor ver sonreír que tener delante solo gestos serios y secos.

Sembremos sonrisas, contagiemos el planeta, hagamos que el mundo sea un poquito mas alegre. ¿te atreves a sumarte a mi cruzada? 🙂

 

Un comentario en “Sonreír como llave maestra en tus relaciones

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