Actitud Networking

Saludo, su importancia y lo que comunica

La importancia del saludo y lo que comunicamos con él es algo en lo que no ponemos demasiado enfoque. Cada vez que conocemos a alguien, que nos presentan a otra persona o que vemos a un amigo, siempre saludamos. Pero ¿lo hacemos siempre igual? Seguro que no, pero entonces ¿Por qué lo hacemos diferente en cada caso? Normalmente la repuesta que damos la mayoría a esta pregunta es que es natural. Decimos que no lo  hacemos pensando sino dependiendo del tipo de persona de que se trate. Y eso es cierto, pero ¿somos conscientes que cada tipo de saludo comunica cosas diferentes? ¿Cuando hacemos networking pensamos en las oportunidades que perdemos por no conocer bien este tema?

Creemos que la comunicación es solo lo que decimos. En el colegio deberían habernos enseñado que ademas de las palabras que salen de nuestra boca, hay muchas otras cosas que se transmiten sin que seamos consciente. Estoy hablando del lenguaje no verbal o paraverbal. Me refiero a cosas como el tono, la velocidad con que lo decimos o el volumen con que lo hacemos. Pero eso no es lo único, entran en juego muchos otros factores. Desde la propia mirada a los microgestos que hacemos inconscientemente con el rostro. Desde lo que se comunica con las manos o los hombros, hasta la posición del cuerpo entre otras muchas más.

 

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¿El mismo saludo para todos?

Hoy quiero centrarme en el saludo, ese momento que es clave y que transmite múltiples mensajes queramos o no. Cuando saludamos a alguien de nuestra familia solemos darle dos besos. Bueno eso depende de la sociedad y la cultura en la que hayamos crecido, pero en España es lo habitual. Esos dos besos pueden venir acompañados de un abrazo o de un superabrazo de esos de larga duración. Con ello queremos transmitir que les queremos, que les tenemos mucho cariño. Que les echamos de menos y queremos sentirlos abrazados a nosotros.

¿Harías ese mismo saludo en un evento con alguien que te acaban de presentar? ¿verdad que no? ¿por qué? Pues muy simple, porque primero se percibiría como muy agresivo sin conocernos. Se vería como una invasión de la intimidad e incluso como querer tomarnos confianzas que no corresponden. Es decir, en vez de sentirse como emotivo, provocaría rechazo. En algún caso hasta podríamos recibir un tortazo, una frase grosera y un empujón para evitar que lo hagas. Normal, has violado una regla no escrita de respeto de su intimidad y lo que se denomina su espacio vital.

Un saludo es eso, un saludo, pero dependiendo de la persona que lo da y la que lo recibe será recomendable de uno u otro tipo. Y lo mismo pasa al revés, si a tu madre te limitas a ofrecerle un apretón de manos como forma de saludo, va a percibir que pasa algo grave entre vosotros y que no te quieres ni acercar. Cada cosa en su sitio.

 

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El espacio vital de la persona

Al darle la mano a una persona que no conocemos y que nos acaban de presentar, es importante transmitirle cosas positivas para generar apertura por su parte y no recelo. Esto se consigue aprendiendo como hacer ese saludo. Por un lado deberemos respetar eso que he comentado antes, el espacio vital. Se denomina así al espacio alrededor de la persona que todos queremos tener despejado y que cuando alguien se acerca demasiado nos lleva a separarnos porque sentimos que lo está invadiendo. Incluso en algunos casos no solo nos sentiremos invadidos sino que puede darnos sensación de que necesitamos echarnos atrás para respirar.

Lo segundo es darle la mano pero aquí entran varios factores a tener en cuenta.

El primero es que debemos estar cerca pero no dentro de ese espacio vital, y tampoco excesivamente lejos que nos obligue a estirar el brazo entero. Un termino medio es lo adecuado.

¿Qué mano estamos dando?

El segundo sería que la mano debe estar limpia y seca. Si eres de esos a los que les suelen sudar las manos, métela en el bolsillo un momento antes y aprieta el pañuelo que llevas para secarla. Y si no sueles llevarlo, es el mejor momento para empezar a hacerlo. No hay nada mas desagradable que una mano sudorosa. Produce rechazo y hasta asco, con lo que ya hemos dinamitado la relación antes de empezar.

En tercer lugar saber que al hacer ese saludo deberemos tener muy en cuenta la contundencia con que lo hacemos. Algunos en vez de una mano te dan un pescado, un trozo de carne con dedos, todo muy flácido y sin energía. Con eso estás transmitiendo muy baja autoestima, poco carácter, sin profesionalidad. No es nada bueno. Pero el otro extremo tampoco es mucho mejor. Me refiero a los que en vez de apretón de manos utilizan dos tenazas y te la apretujan de forma que incluso pueden hacerte hasta daño. Por favor, tengamos esto en cuenta y hagamos un término medio. Debe ser lo que he dicho, un pequeño apretón, y aflojar.

 

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La duración del saludo y errores importantes

Respecto a la duración pasa exactamente lo mismo. Los hay que no llegan ni a dar el apretón y ya están retirando su mano. Como si les diera miedo el contacto, como si temieran que les contagiemos algo. Y en el otro extremo los que no te la sueltan, como si se la fueran a quedar de recuerdo. Esto también llega a ser desagradable porque está abusando de la confianza y es violento en la mayoría de los casos. Dar la mano es mucho más fácil que todo eso. Damos ese apretón como saludo, apretando con un par de sacudidas leves, soltamos y retraemos la mano de forma natural. Y listo, no es nada complicado.

Una de las técnicas que utilizan algunos y con las que yo no estoy nada de acuerdo es la posición de las manos. Me refiero a que en vez de dar la mano estando ambas en modo vertical, la ponen en modo horizontal situando la suya en la parte superior. De esta forma la mano de la otra persona queda debajo de la suya. Esto transmite un carácter que quiere estar por encima de los demás. Es el macho alfa que quiere marca su territorio, que se siente superior, y no es nada bueno con alguien que no conocemos. Si se trata de el saludo previo a una reunión de negociación ya es otro tema y deberíamos analizarlo en más profundidad pero estamos hablando de otro escenario. Es un mensaje subconsciente que no ayuda a relacionarse sino que pretende imponer desde el primer momento.

 

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Cuidado con las confianzas innecesarias

Mientras hacemos esto, hay quien realiza acciones adicionales que pueden influir positiva o negativamente.

Por un lado hay quien utilizan la otra mano para agarrarle el hombro contrario dándole un pequeño apretón en el mismo. Lo hacen para generar cercanía pero no siempre lo consiguen. El motivo es que esto solo es bienvenido con personas que ya conocemos bien y queremos transmitirle que nos alegramos de verlas. Es casi como un abrazo en miniatura, y por tanto dárselo a alguien que hayamos conocido hace un momento se va a percibir como extraño. Y si la persona es del sexo contrario probablemente sentirá como que nos tomamos demasiadas confianzas. si por en contrario se trata de alguien con el que tenemos amistad, no está fuera de lugar si se hace con naturalidad.

Otra de esas acciones que a veces algunos hacen con el saludo es lo mismo pero haciéndole un bocadillo a su mano entre las dos nuestras. No lo hagas si no tienes confianza, pasa exactamente lo mismo que antes. Demasiadas confianzas para alguien que no nos conoce. Si se trata de un amigo transmite que le apreciamos pero solo será apropiado si hay confianza. Esto solo está bien visto en algunas culturas cuando va acompañado de una reverencia leve con la cabeza. Recomiendo evitarlo a excepción de esos casos.

Por supuesto que el abrazo o ponerle el brazo por encima del hombro está fuera de lugar. No pienses que lo digo gratuitamente, lo he visto hacer en alguna ocasión con alguien con el que apenas tenía relación y estropear la reunión desde antes de comenzarla.

 

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Factores adicionales importantes al dar la mano

Ya sabemos como dar la mano, pero ¿hay algo mas a tener en cuenta? Por supuesto.

La mirada va a ser clave mientras lo realizamos. Algunos son excesivamente tímidos como yo, y hace años cuando daba la mano, me daba tanta vergüenza que bajaba la mirada al suelo. Fatal, con eso demuestro mi timidez y mi baja autoestima. Transmito inseguridad y no es nada bueno.

Asimismo, es importante dar la mano mirándole a los ojos mientras decimos nuestro nombre, pero con cuidado. Me refiero a que los hay que lo hacen pero su mirada es invasiva y retadora, que casi atemoriza. Solo miremos a los ojos, sonriamos y digamos nuestro nombre con un tono cordial. Eso funciona y transmite profesionalidad, cercanía, amabilidad y elegancia. Por supuesto escuchemos el de la otra persona, y según lo diga, repitámoslo en voz alta, sin gritar pero que la otra persona lo pueda escuchar. Ese pequeño detalle ayudará a fijarlo en nuestro cerebro y nos asegurará de haberlo escuchado bien, ya que si lo hemos pronunciado mal, él nos corregirá, Si eso ocurriera, lo volveremos a repetir pidiendo disculpas por el error.

Conclusiones

Acabamos de hacer un repaso rápido por los principales puntos a tener en cuenta en el saludo. Por supuesto que hay muchos más y en cada uno se puede profundizar analizando muchos detalles importantes. Todos ellos comunican y transmiten cosas, tu decides si quieres que sean positivas o negativas. Recuerda que el cerebro las interpreta y genera sensaciones de rechazo o de cercanía, de profesionalidad o de imposición, de energía o de timidez entre otras. Apréndelas y utilízalas a tu favor para que al menos no sean impedimentos en tus relaciones. Esto también determina tu eficacia en el networking.

 

 

 

 

 

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