Cuando nacemos somos como esa tierra virgen que acabamos de preparar y sembrar, apenas solo tierra fértil llena de abono repleto de nutrientes pero en el que solo hay semillas.
Es muy probable que con el tiempo podamos cultivar grandes bosques, árboles frutales, jardines llenos de rosas, o frutas y verduras, dependiendo de las semillas que plantemos y de como las cuidemos, es decir, de si las regamos a diario, de si les quitamos las malas hierbas, si les aportamos insectos que las polinicen, si abonamos la tierra adecuadamente y en la medida que necesitan cada una, etc. Nada ocurrirá por casualidad, dependerá de nosotros y lo que hagamos con ellas.
Pues la mente es exactamente igual, debemos cuidarla y sembrar las semillas adecuadas siendo conscientes que cada una de esas semillas necesitará unos cuidados diferentes pero que no será suficiente con ponerla en nuestro cerebro y que ella sola sea la que se autoforme con el tiempo. Eso no ocurre solo casi nunca.
En las personas dos de los factores que mas ayudan a que se siembren semillas y que crezcan con fuerza y valor son los libros que leemos y las personas con las que nos relacionamos.
Los libros abren nuestra mente a nuevos escenarios, nos traen ideas nuevas, emociones, experiencias, conocimientos, reflexiones, vida. Eso se traduce en que unos traerán semillas, otros insectos, algunos agua, otros nutrientes, otros protección, otros… De esta forma conseguimos que se generen nuevos jardines en nuestro interior y que los que ya teníamos, crezcan con mas energía y fortaleza. Todos los libros suman, todos enriquecen nuestro cerebro de una u otra forma. Si no leemos, esos jardines acabarán muriendo, ya que deberán sobrevivir con el abono que ya tenían hasta que se agote y las flores no puedan sobrevivir.
Las personas que conocemos tienen experiencias, sueños, profesiones, parejas, talentos, necesidades o inquietudes diferentes a las nuestras. Conocerlas y aprender de ellas nos enriquece y al igual que los libros, llenan de nueva vida a lo que ya tenemos o siembra nuevas semillas que aportan valor. Lo que hoy eres es fruto de lo que has leído y las personas con las que te has relacionado en los últimos cinco años. Siento ser muy duro con esta frase pero es la realidad y prefiero ser sincero que decorártelo con azúcar para que te sepa mejor.
Piensa en tu vida hoy, en lo que eres, lo que haces y lo que tienes ¿es lo que querías? ¿has logrado lo que pretendías a nivel personal o profesional? Ahora piensa el tipo de personas con las que te vienes relacionando desde hace cinco años y analiza lo que ellos son, hacen o tienen, y si ellos están en la situación que tu anhelas para tu futuro. Lo mas probable que es que como mucho, sean muy parecidos a ti, hagan muchas cosas similares a ti, tengan muchos gustos o aficiones casi idénticas a las tuyas y su nivel de vida sea equivalente al tuyo. ¿Cómo es posible? La respuesta es porque procuramos relacionarnos con aquellos con los que nos sentimos más cómodos y suele ser con los que son parecidos a nosotros.
Si quieres enriquecer tu vida, alcanzar tus sueños, mejorar como persona, ser mucho más valioso, desarrollar tus talentos, aportar mas al mundo, deberás pensar que desde hoy en cinco años tendrás que fomentar esos dos factores. El primero decidir leer a menudo y elegir bien el tipo de lectura que te pueda enriquecer, aportar conocimiento, autoconocimiento, reflexiones, enfoque, o cualquier otra cosa que te incremente y genere mejor energía a los jardines de tu mente, incluidas nuevas semillas.
Y por otro lado deberás decidir con quien te relacionarás: las personas positivas contagian energía positiva, las soñadoras hablan de sueños y nos inspiran a luchar por los nuestros, las personas de éxito piensan diferente y contagian ese éxito con su visión y sus conversaciones, las negativas igual viralizan lo que ven y piensan. Define en que tipo de persona te quieres convertir y rodéate de ellas, define como son, que hacen, que libros leen, con quien se relacionan, que profesiones tienen, que sueños persiguen, para que su compañía te inspire, te nutra, te abra a nuevos campos, te siembre nuevas semillas, te llene de energía o te empuje a superarte a ti mismo.
También puedes decidir seguir como estás, es fácil, solo tienes que seguir haciendo lo mismo. Hacer cambios requiere esfuerzo, mejorar también, desarrollar tus talentos lo mismo, eliminar las malas hierbas y los malos pensamientos de impotencia o fracaso requiere tiempo y dedicación, ser mejor y convertirte en una persona más valiosa implica esfuerzo durante un tiempo importante, pero la realidad es que siempre merece la pena, aunque eso solo lo vemos cuando han pasado esos cinco años y miramos atrás. Ahí es donde tomamos perspectiva y nos damos cuenta de lo que ha crecido el bosque que hemos estado cuidado ese tiempo. Eso es leer y hacer networking de forma dirigida, simple pero tremendamente valioso.
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