Cuando nos relacionamos con otras personas podemos adoptar uno de dos papeles: ser mudos o ser sordos, la decisión es nuestra. En el Networking o eres mudo o sordo, tú eliges, no puedes ejercer los dos papeles a la vez.
La mayoría solemos escoger el segundo empeñándonos en contar lo que somos, lo que hacemos, lo muy pero que muy bien que lo hacemos, lo barato que lo tenemos, y lo mucho que nos necesitan todos, pero mientras estamos jugando ese rol perdemos lo más valioso y es que no dejamos hablar a la otra persona y solo nos importamos a nosotros mismos para hacerle entender que es imprescindible que nos atienda, entienda y se centre en todo lo que queremos contarle, sin prestar el mínimo interés por la otra persona. Hablamos y hablamos, pero no escuchamos.
El papel de mudo es mucho más interesante ya que no se trata de mantener la boca callada sin emitir sonido, sino de preguntar y escuchar sin interrumpir, ciñéndonos en atender a lo que nos cuenta, practicar la escucha activa incentivándole a que nos siga contando más cosas, y de vez en cuando volver a preguntarle sobre más detalles o aspectos interesantes de lo que nos ha explicado.
Si hablas no escuchas. Si escuchas no hablas.
Tu decides, pero si callas, preguntas y escuchas tendrás muchos mejores resultados.
¿Qué prefieres? ¿satisfacer tu ego o conseguir tus objetivos?
Y te lo repito de nuevo, en el Networking o eres mudo o sordo, tú eliges. Los mudos logran muchas más y mejores relaciones y aceleran sus procesos de éxito, los sordos satisfacen su ego disparando su speech de ventas indiscriminadamente a todo el que se pone a tiro, como una ametralladora verbal. Y luego se preguntan a sí mismos ¿por qué nadie quiere quedar conmigo y me huyen?
Por si no te lo había explicado antes, te lo repito por última vez:
En el Networking o eres mudo o sordo.
Tú eliges